sábado, 31 de diciembre de 2016

Los presagios y las “pintas” del año



Al comenzar enero –y ya que la naturaleza les dio un espejo tan limpio, enmarcado en bruñido azul como el de la Sierra Nevada- los merideños observan lo que allí se llama “las pintas del año”. Una vieja superstición supone que tal como entonces abran los días –secos o lluviosos, nublados o alegres de sol- transcurrirán los doce meses. Y para hacer el pronóstico de lo que se puede sembrar, de cómo vendrá la cosecha de café y de frutos menores, todos los merideños son en esos días un poco astrónomos. 

 Así, para predecir el tiempo de todo el año que comienza -nos dice Tulio Febres Cordero- hay las cabañuelas, o sea las pintas y repintas, cuya regla es la siguiente: del primero al 12 de enero, cada día pinta por su orden los meses. 

Del 13 hasta el 24, se repite la misma observación, y éstas son las repintas. Por ejemplo si el 6 de enero llueve, que es pinta de junio, y el dieciocho llueve también, que es día de la repinta, es un hecho o creencia popular que el mes de junio será lluvioso.



Fuente:
Belis Araque (Comp.) Expresiones Navideñas. Mérida: Fundecem, 2010, p. 36
Imágenes:
Google.com/ imágenes



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