lunes, 25 de junio de 2018


El 25 de junio de 1885 sale a la luz pública el primer número de El Lápiz (1885-1896), periódico merideño fundado por Tulio Febres Cordero. Diminuto en tamaño, extenso, variado y profundo en su temática, fue editado primero en la Imprenta Centenario, y luego en 1895 desde su propia tipografía llamada también El Lápiz. En sus once años de existencia, tuvo tres períodos bien definidos y vieron luz pública 104 números, a pesar de algunas pocas suspensiones, una de ellas motivada por el terremoto del 28 de abril de 1894 que destruyó la oficina de redacción.
La temática abordada incluía literatura, economía, estadística, etnografía, etnología, crónica, historia, bibliografía, costumbres, curiosidades, reseñas, arte y hemerografía. Un complejo y bien cuidado compendio de información que según sus propias palabras requería “paciente y laborioso estudio sobre libros, papeles impresos y manuscritos antiguos”, además de una gran cantidad de datos y curiosidades que le llegaban como colaboración de familiares y amigos por vía epistolar.

En su primera editorial “Primeras Palabras”, expresa “Surcamos en cáscara de nuez el dilatado mar del periodismo. Venimos a los campos de la idea, más que a cultivarlos, a recrearnos en la contemplación de los floridos huertos (…) Quiera el cielo que algo bueno recojamos por estos dorados trigos, para ofrendarlo de todo corazón en aras de la utilidad pública. Porque escribir por escribir es malgastar el tiempo. Requiérese un propósito, un pensamiento fijo que sirva de centro a las labores del espíritu. El deseo de aprender es un propósito sagrado, un pensamiento nobilísimo. Quien no siente ni piensa no puede comprender las bellezas del arte, ese compuesto prodigioso de sentimiento e idea que el ingenio combina para deleite de los mortales (…) El periódico es y será siempre un libro abierto a los ojos del público”.

"Rasgos Breves. Datos Curiosos. Apuntamientos de Cartera. Misceláneas”, era el lema para hacer más comprensible la idea de dicha publicación, que no varió en el tiempo brindando la posibilidad a don Tulio de realizar una labor callada, necesaria y sostenida en casi toda su obra: aportar su cuota en la alfabetización, educación y creación de nación. Así mismo se empeñó en hacer no solo visible la historia y cultura del occidente venezolano para todo el país, sino la de situarnos desde Mérida y Venezuela, dentro del concierto histórico-cultural mundial.

En este 2018, a 133 años de su primera edición, El Lápiz, especie de blog del siglo XIX merideño, continua siendo un referente periodístico de buena prensa, de “motor histórico de civilización” que deben cumplir los periódicos, como lo dijera el también escritor y poeta andino Gonzalo Picón Febres, y sigue “surcando en cáscara de nuez”, esta vez, desde el dilatado océano de internet, brindando "utilidad pública" mediante la Biblioteca Digital César Rengifo en la página web de la Biblioteca Nacional de Venezuela.
Desde allí puede ser revisado, consultado o descargado en su totalidad, en la versión facsimilar que conjuntamente hicieran en 1985, la Gobernación del estado Mérida, la Universidad de Los Andes y la Sala Tulio Febres Cordero, hoy Biblioteca Febres Cordero, división de Biblioteca Nacional de Venezuela.