domingo, 23 de abril de 2017

Día Mundial del Libro. Primer Libro impreso en Mérida-Venezuela



En 1846 se publica en la imprenta de Francisco Uzcátegui, el primer libro impreso en Mérida, titulado “Historia completa de todos los Concilios Ecuménicos”. Apenas un año antes, en 1945, esta imprenta había sido traída desde la ciudad de Barinas y recibidas las mulas y su preciosa carga, según don Tulio  Febres Cordero, con vítores de la población, fuegos artificiales, flores y banderas. 

Cruce de calle Vargas con Av. 2 Lora
Instalada, como lo cuenta don Tulio, frente a las ruinas  del antiguo Seminario, en la esquina oriental del punto donde se cortan las calles Vargas y Lora, contó con un impresor venido también de Barinas, el Sr. José Félix Monasterios, zuliano, quien tuvo como ayudantes u “oficiales” como se les denominaba, a Juan de Dios Picón Grillet y José María Trejo. 

El título completo de este primer libro impreso en Mérida es “Historia completa de todos los Concilios Ecuménicos ee (sic) la Cristiandad. Por el orden cronológico en que se han celebrado. Adicionada en esta imprenta con un compendio alfabético de todos los herejes y principales herejías que se han suscitado desde los tiempos de la Ley escrita hasta nuestros días”.

El formato de la edición fue en 8vo, donde cada pliego recibió tres dobleces transformándose luego en 8 hojas, lo que hace 16 páginas por cada cuadernillo y si a esto agregamos que consta de 376 páginas, comprendemos el trabajo titánico que significó su impresión para la época. 

Se usaron tres tamaños de tipos de imprenta para la composición del título y los textos, dos moldes de fuentes, así como viñetas de composición para adornar la portada, un tipo de papel sencillo y sin marcas de agua o escudos de la casa fabricante del papel. La tapa y la encuadernación también sencilla. 

No se tiene conocimiento de cuantos libros se imprimieron y si se editaron para la venta o solo para uso eclesiástico.

El contenido está más que explicitado en el título de la obra con un agregado de los herejes y principales herejías que especifica, es adicción de la imprenta. Tulio Febres Cordero indica que aun cuando no se menciona el autor, en la ciudad se sabía que era obra del Pbro. Dr. José Francisco Más y Rubí (1812–1876), Canónigo para la época de la Catedral de Mérida. El ejemplar del que tenemos conocimiento forma parte de la colección de la Biblioteca Febres Cordero, División del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, ubicada en Mérida, Venezuela. 


Fuentes:
Araque C., Belis. (Comp.) La gran máquina: la imprenta en Mérida. Mérida: Universidad de Los Andes, Talleres Gráficos Universitarios, 2005.
Febres Cordero, Tulio. Clave Histórica de Mérida. Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, 2005.
Matera, Yolanda. (Comp.) Hemerografía merideña. Mérida: Gobernación del Estado Mérida, Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, 1983.
Martinez de Sousa, José. Diccionario de bibliología y ciencias afines. Madrid, España: Fundación Germán Sánchez  Ruipérez, 1993.



viernes, 14 de abril de 2017

El Oficio de Tinieblas y los Judíos de La Punta



El Oficio de Tinieblas era la ceremonia litúrgica que llevaba a cabo la Iglesia Católica los días Miércoles, Jueves y Viernes Santos al caer la tarde en la Liturgia de las Horas, para preparar y favorecer interior y exteriormente la memoria de la muerte de Jesucristo (…) Se utilizaba para ello, un candelabro especial que tenía 15 velas, llamado tenebrario, que representaba a los apóstoles a excepción de Judas Iscariote, las tres Marías (María Salomé, María de Cleofás y María Magdalena) y a la Virgen María, cuyo cirio era más destacado que los otros. 


Tanto las luces del templo como las velas se iban apagando una tras otra, para quedar el templo prácticamente a oscuras tras el canto de los Salmos. Al final quedaba encendido solo el cirio principal que recordaba la muerte del Redentor. A continuación el canto del Miserere (Salmo 50) y la colocación de la lamparilla en la parte posterior del altar, simbolizando la entrada de Jesús en la sepultura y la permanencia de la Iglesia en espera de la Luz que surgirá en la Vigilia Pascual. Concluido el Miserere el clero y los fieles hacían un ruido de carracas y matracas, que cesaba al aparecer la luz del velón oculta detrás del altar, para simular las convulsiones y trastornos naturales que sobrevinieron de la naturaleza al morir el Salvador .1
 
En la antigua parroquia de La Punta, conocida como La Parroquia (actualmente tiene el nombre de parroquia Juan Rodríguez Suárez del Municipio Libertado del estado Mérida), el Oficio de las Tinieblas era realizado de una forma muy particular por los “Judios de La Punta”.
La Punta, denominado así por estar situado hacia la punta donde termina la meseta de Mérida, era un pueblito rural rodeado de ricas haciendas de café y caña y que hacia la década de 1960-70 con el proceso de urbanismo dado en la ciudad de Mérida, estas haciendas dieron paso a la moderna avenida Andrés Bello y a hermosas urbanizaciones como El Carrizal, Las Tapias, Alto Chama, La Mara, La Parroquia, centros comerciales y en este siglo a la construcción del Estadio Metropolitano de Mérida, el Complejo deportivo Cinco Águilas Blancas y el sistema de transporte masivo trolebús, pero sin embargo continua siendo un pueblo de arraigadas tradiciones centenarias como “Los Vasallos de la Candelaria” y la “Pasión Viviente de La Parroquia”.

El doctor Mario Briceño- Iragorry (1897-1958) de la visita que realizara a Mérida en 1952 nos dejó una descripción de la escenificación de la Pasión de Cristo por un grupo de pobladores de La Punta, denominados los “judíos” y la “cívica”. Los primeros visten trajes polícromos de soldados romanos y los “cívicos” liquilique blanco trenzado y abotonado de rojo, y tocados de cristina o pañuelos, también “los judíos” portan lanzas, los “cívicos” fusiles de madera. Por todos conté cuarenta participantes. A la cabeza de ambos, preside Natividad Rivas, con traje y casco de centurión, coloreado el rostro y empuñando vistosa bandera roja. A la hora de la procesión del Santísimo Sacramento hacen todos un gracioso movimiento a paso de contradanza …

Oficio de Tinieblas. En la noche del viernes se realiza el Oficio de Tinieblas. Las velas del tenebrario las va apagando en medio de saltos y contorsiones una figura de Demonio, y cuando concluidos los Laudes (alabanzas) con la antifona Traditor, se hace la obscuridad y se escuchan el ruido y los estrépitos, el Diablo abandona de carrera el templo. Al día siguiente, cuando entonan el canto de Gloria, los judíos se tiran al suelo y desamparan el templo, mientras los “cívicos” los persiguen  con sus fingidos fusiles. En la calle hay profusión de recámaras y cohetes y de inmediato se quema a Judas, como en el común de los pueblos de Venezuela.2

El Oficio de Tinieblas desapareció con los cambios al Misal tradicional promulgado por el Papa Juan XXIII en 1962. Estas reformas a la Liturgia de la Semana Santa ya se habían iniciado en 1955 con el Papa Pío XII, como la eliminación de la Misa de Presantificados, el color litúrgico de negro por morado. Actualmente no hay un oficio distinto al de otros días para la Semana Santa.

 
Fuentes consultadas:
1  Aleteia.org/2014/04/15/que-es-el-oficio-de-tinieblas/
2 Mario Briceño-Iragorry. “Los Judíos de La Punta”. En: Mérida la Hermética. Compilación, introducción y notas Rafael Angel Rivas Dugarte. Mérida, Gobernación del Estado Mérida, 1997. pp.395-399.
Imágenes: Archivo Fotográfico Biblioteca Febres Cordero/ Archivo Lampos Merideños/   andes.net/pasionviviente/resena.html/Google. Imágenes.com