sábado, 16 de septiembre de 2017

Mérida en 1916. Cultura y progreso

Aunque la ciudad mostraba un aspecto conventual y recoleto, Mérida contaba con elementos tecnológicos y de progreso en relación con otras ciudades del interior venezolano. No es verdad como suele decirse que haya apatía en Mérida (…) Lo que hay de cierto es que hasta ahora las altas montañas que nos rodean han opuesto barrera formidable al comercio y fácil comunicación con centros de mayor movimiento; (…) [pero] por lo que representa al carácter y a los dotes de sus hijos, Mérida puede aducir brillantes pruebas en contra de aquel juicio fundado en las apariencias,(1) Cultura heroica, dijo don Tulio. Hay que ver lo que significaba trasladar por esos caminos fragosos, a lomo de mulas, a rastras tiradas por bueyes o mulas y algunas veces a hombros, bultos pesados como la maquinaria para el alumbrado eléctrico, el órgano para la catedral en 1877 y los instrumentos de la primera banda traídos de París en 1877. 
Mérida ya había recibido la fotografía antes de 1867; establecido una línea telefónica entre Mérida y Ejido en 1891; alumbrado con luz eléctrica por primera vez en 1898, siendo la segunda ciudad en Venezuela de contar con una planta hidroeléctrica; igualmente proyectadas las primeras películas y escuchado conciertos con el fonógrafo; construido su primer acueducto en 1907, que surtía de agua corriente a algunas casas y para la mayoría de la población se surtía por medio de pilas o fuentes de agua, ubicadas en la plaza Bolívar y en el mercado público. 
Establecida en 1891 la primera oficina meteorológica por el rector
Caracciolo Parra y Olmedo y creada por decreto del ejecutivo federal del 14 de marzo de 1913, las Oficinas meteorológicas de Mérida, Ciudad Bolívar, Maracaibo y Calabozo. La de Mérida estuvo a cargo del señor Emilio Maldonado y en abril de 1916 fue trasladada a la Universidad de Los Andes y las observaciones comenzaron el día 24 del mismo mes, cuyos resultados eran transmitidos diariamente por telégrafo al Observatorio Nacional y publicados en La Gaceta Universitaria.
En las casas de la gente acomodada lucían pianos, alfombras, espejos, vajillas de finísima calidad, comprados directamente en Europa por los pudientes señores, a quienes agradaba visitar a París, Madrid o Londres, antes que a la capital de la República, muchas veces llegaban a Mérida los libros de Europa primero que a Caracas(2). Para 1914, antes de existir la carretera habían en Mérida 42 pianos, según estadística realizada por Tulio Febres Cordero.
Unos de los hechos más importantes y trascendentales en la historia de Mérida del primer cuarto del pasado siglo XX, fue la llegada de los primeros automóviles en 1916 y con ello el inicio de la construcción de la carretera Trasandina iniciada con la carretera de Mérida a Lagunillas. (Véase el escrito publicado en este blog con el título El Automóvil Prisionero).

Fuentes:
1. Tulio Febres Cordero. Obras Completas. 2da edición. San Cristóbal: Banco de Occidente, 1991. v. 3. p 376.
2.  Mario Briceño-Iragorry. Mérida la hermética. Mérida: Gobernación del Estado Mérida, 1997. p 253.
Periódicos consultados:
Cimas. Mérida, 1916.
Gaceta Universitaria. Mérida 1916.
Labores Juveniles. Mérida, 1916.
Los Andes. Mérida, 1916.
Imágenes: Archivo Fotográfico Biblioteca Febres Cordero/ Archivo Lampos Merideños.