sábado, 26 de agosto de 2017

Mérida en 1916. Arquitectura Urbana


La ciudad de Mérida para el cuarto quinquenio del siglo XX no se diferenciaba mucho de la ciudad de mediados del siglo XIX, se extendía desde la Plaza de Milla hasta, donde está hoy, el Parque Glorias Patrias, dividida en cuatro parroquias urbanas: Sagrario, Milla, Arias o Belén y El Llano. Contaba con ocho calles longitudinales (hoy llamadas avenidas) y veintitrés transversales, sus calles lucían aún la alfombra esmeraldina de la yerba, que tramaba los cantos del pavimento. Las aceras de flojos ladrillos mostraban el verdín de la humedad trasmitida por la niebla bajada con el atardecer.1 Sus casas edificadas de tapia y teja con anchos aleros, predominando en la construcción de las casas más espaciosas la forma interior del claustro, con patio hermoso, plantado de bellos arbustos y preciosisímas flores, con pavimentos de ladrillos.2 
Sobresalían unas pocas edificaciones construidas de estilo más moderno adornadas en su exterior, con bellas cornisas, como el Palacio Municipal construido en 1883; la casa de los Picón que le fue levantado el segundo piso en 1889; durante la primera década del siglo XX se construyeron dos casas dignas de mención, como lo apunta Tulio Febres Cordero en sus Memorias, escritas en 1910: la casa de don José de Jesús Dávila, espaciosa, elegante y muy sólidamente construida; y la de doña Josefa Anselmi de Carnevali, notable por su nuevo estilo y la azotea, toda hecha con gran primor, dirigida por su cuñado D. Arístide Parilli B. Igualmente la casa donde vivió el coronel Antonio Rangel, prócer de la independencia y otras adyacentes habían sido reedificadas.
Los edificios públicos, eclesiásticos y la Plaza Bolívar lucían casi igual a las intervenciones y reparaciones realizadas  al año siguiente del terremoto de 1894. En 1895 para la celebración de la Apoteosis de Sucre, la Plaza Bolívar deja de ser lugar para funcionamiento del mercado, el mismo es trasladado a un edificio que se venía construyendo desde 1886 en los espacios donde estuvo el Convento de las Clarisas; este edificio fue destruido en la década de 1940 y construido uno nuevo, que funcionó hasta 1987 cuando un incendio lo destruyó. La plaza Bolívar es transformada en una verdadera plaza, como la caraqueña de 1874 .Por decreto del 20 de agosto de 1895, se procede a la “composición y embellecimiento” de la plaza, bajo la dirección del ingeniero Pedro Dávalos y Lissón. Se diseñó un paseo circular alrededor de la fuente y se definieron avenidas internas que van de una esquina a otra y de un costado a otro de la plaza, en correspondencia con los ejes cardinales. El espacio restante, con definidas formas geométricas, consecuencia de la división practicada, se destinó para ser adornado con flores y árboles.3A los pocos años la plaza se encontraba en pleno abandono; para 1912 en la prensa se clama por una verja de hierro para proteger la plaza de los animales que vagan por la ciudad y que sustituya la existente de alambre.4 Para 1916 comenta Mariano Picón Salas en su periódico Labores juveniles, que la plaza se hallaba completamente a oscuras y no contaba con escaños por lo que, exhorta a las autoridades a colocar unos como los instalados en la plaza de Milla y el Llano.
La Catedral que había sufrido gran deterioro a causa del terremoto de 1894, fue reedificada en 1895 y construida nueva fachada, se le agrega la segunda torre en 1907. El Palacio Episcopal, el Seminario, el Museo Diocesano ubicados en la manzana de la Catedral también fueron reedificados durante la primera y segunda década del siglo XX.
La Universidad funcionaba en la vieja casona del antiguo Seminario de Buenaventura de Mérida, durante muchos años fue sometida a varias transformaciones y reparaciones. En 1915 fue inaugurado el Salón de Actos públicos, (hoy Auditorio “César Rengifo”) por el rector Dr. Ramón Parra Picón, construcción que había iniciado dos décadas antes su padre el Rector Dr. Caracciolo Parra y Olmedo.
El gobierno del estado funcionaba en la parte alta del edificio del Cuartel y la cárcel pública, construido entre 1841 – 1847 por los hermanos Juan de Dios y Gabriel Picón González, donde está hoy el Palacio de gobierno. Así mismo, para 1916 existían los monumentos a Sucre, Páez, Miranda, Colón, las Columnas a Bolívar y Páez y en el recinto de la Universidad el monumento al Canónigo Uzcátegui.

Notas y bibliografía
1Mario Briceño-Iragorry. Mérida la hermética. Mérida: Gobernación del Estado Mérida, 1997. p 254
2Tulio Febres Cordero. Clave histórica de Mérida. 2da.edición. Mérida: Universidad de Los Andes, 2005. p 83.
3 Christian Páez de Rivadeneira. La plaza mayor de Mérida. Historia de un tema urbano. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1992. pp 83-84.
4 El Pueblo. Mérida, No 77; (1912, julio 20)