Aunque la ciudad
mostraba un aspecto conventual y recoleto,
Mérida contaba con elementos tecnológicos y de progreso en relación con
otras ciudades del interior venezolano. No
es verdad como suele decirse que haya apatía en Mérida (…) Lo que hay de cierto
es que hasta ahora las altas montañas que nos rodean han opuesto barrera
formidable al comercio y fácil comunicación con centros de mayor movimiento;
(…) [pero] por lo que representa al carácter y a los dotes de sus hijos, Mérida
puede aducir brillantes pruebas en contra de aquel juicio fundado en las
apariencias,(1) Cultura
heroica, dijo don Tulio. Hay que ver lo que significaba trasladar por esos
caminos fragosos, a lomo de mulas, a rastras tiradas por bueyes o mulas y
algunas veces a hombros, bultos pesados como la maquinaria para el alumbrado
eléctrico, el órgano para la catedral en 1877 y los instrumentos de la primera
banda traídos de París en 1877.
Mérida ya había
recibido la fotografía antes de 1867; establecido una línea telefónica entre
Mérida y Ejido en 1891; alumbrado con luz eléctrica por primera vez en 1898,
siendo la segunda ciudad en Venezuela de contar con una planta hidroeléctrica;
igualmente proyectadas las primeras películas y escuchado conciertos con el
fonógrafo; construido su primer acueducto en 1907, que surtía de agua corriente
a algunas casas y para la mayoría de la población se surtía por medio de pilas
o fuentes de agua, ubicadas en la plaza Bolívar y en el mercado público.
Establecida en
1891 la primera oficina meteorológica por el rector
Caracciolo Parra y Olmedo y
creada por decreto del ejecutivo federal del 14 de marzo de 1913, las Oficinas meteorológicas
de Mérida, Ciudad Bolívar, Maracaibo y Calabozo. La de Mérida estuvo a cargo
del señor Emilio Maldonado y en abril de 1916 fue trasladada a la Universidad
de Los Andes y las observaciones comenzaron el día 24 del mismo mes, cuyos
resultados eran transmitidos diariamente por telégrafo al Observatorio Nacional
y publicados en La Gaceta Universitaria.
En las casas de la gente acomodada lucían pianos,
alfombras, espejos, vajillas de finísima calidad, comprados directamente en
Europa por los pudientes señores, a quienes agradaba visitar a París, Madrid o
Londres, antes que a la capital de la República, muchas veces llegaban a Mérida
los libros de Europa primero que a Caracas(2). Para 1914, antes
de existir la carretera habían en Mérida 42 pianos, según estadística realizada
por Tulio Febres Cordero.
Unos de los
hechos más importantes y trascendentales en la historia de Mérida del primer
cuarto del pasado siglo XX, fue la llegada de los primeros automóviles en 1916
y con ello el inicio de la construcción de la carretera Trasandina iniciada con
la carretera de Mérida a Lagunillas. (Véase el escrito publicado en este blog
con el título El Automóvil Prisionero).
Fuentes:
1. Tulio Febres Cordero. Obras Completas. 2da edición. San Cristóbal: Banco de Occidente,
1991. v. 3. p 376.
2. Mario Briceño-Iragorry. Mérida la hermética. Mérida: Gobernación
del Estado Mérida, 1997. p 253.
Periódicos
consultados:
Cimas. Mérida, 1916.
Gaceta
Universitaria. Mérida
1916.
Labores
Juveniles.
Mérida, 1916.
Los Andes. Mérida, 1916.
Imágenes: Archivo Fotográfico Biblioteca Febres Cordero/ Archivo Lampos Merideños.
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