El Oficio de Tinieblas
era la ceremonia litúrgica que llevaba a cabo la Iglesia Católica los días
Miércoles, Jueves y Viernes Santos al caer la tarde en la Liturgia de las Horas,
para preparar y favorecer interior y exteriormente la memoria de la muerte de
Jesucristo (…) Se utilizaba para ello, un candelabro especial que tenía 15 velas,
llamado tenebrario, que representaba a los apóstoles a excepción de Judas
Iscariote, las tres Marías (María Salomé, María de Cleofás y María Magdalena) y
a la Virgen María, cuyo cirio era más destacado que los otros.
Tanto las luces del
templo como las velas se iban apagando una tras otra, para quedar el templo
prácticamente a oscuras tras el canto de los Salmos. Al final quedaba encendido
solo el cirio principal que recordaba la muerte del Redentor. A continuación el
canto del Miserere (Salmo 50) y la colocación de la lamparilla en la parte
posterior del altar, simbolizando la entrada de Jesús en la sepultura y la
permanencia de la Iglesia en espera de la Luz que surgirá en la Vigilia
Pascual. Concluido el Miserere el clero y los fieles hacían un ruido de
carracas y matracas, que cesaba al aparecer la luz del velón oculta detrás del
altar, para simular las convulsiones y trastornos naturales que sobrevinieron
de la naturaleza al morir el Salvador .1
En la antigua parroquia
de La Punta, conocida como La Parroquia (actualmente tiene el nombre de
parroquia Juan Rodríguez Suárez del Municipio Libertado del estado Mérida), el
Oficio de las Tinieblas era realizado de una forma muy particular por los
“Judios de La Punta”.
La Punta, denominado
así por estar situado hacia la punta donde termina la meseta de Mérida, era un
pueblito rural rodeado de ricas haciendas de café y caña y que hacia la década
de 1960-70 con el proceso de urbanismo dado en la ciudad de Mérida, estas
haciendas dieron paso a la moderna avenida Andrés Bello y a hermosas
urbanizaciones como El Carrizal, Las Tapias, Alto Chama, La Mara, La Parroquia,
centros comerciales y en este siglo a la construcción del Estadio Metropolitano
de Mérida, el Complejo deportivo Cinco Águilas Blancas y el sistema de
transporte masivo trolebús, pero sin embargo continua siendo un pueblo de
arraigadas tradiciones centenarias como “Los Vasallos de la Candelaria” y la “Pasión
Viviente de La Parroquia”.
El doctor Mario
Briceño- Iragorry (1897-1958) de la visita que realizara a Mérida en 1952 nos
dejó una descripción de la escenificación de la Pasión de Cristo por un grupo
de pobladores de La Punta, denominados los “judíos” y la “cívica”. Los primeros visten trajes polícromos de
soldados romanos y los “cívicos” liquilique blanco trenzado y abotonado de
rojo, y tocados de cristina o pañuelos, también “los judíos” portan lanzas, los
“cívicos” fusiles de madera. Por todos conté cuarenta participantes. A la
cabeza de ambos, preside Natividad Rivas, con traje y casco de centurión,
coloreado el rostro y empuñando vistosa bandera roja. A la hora de la procesión
del Santísimo Sacramento hacen todos un gracioso movimiento a paso de
contradanza …
Oficio
de Tinieblas.
En la noche del viernes se realiza el Oficio de Tinieblas. Las velas del
tenebrario las va apagando en medio de saltos y contorsiones una figura de
Demonio, y cuando concluidos los Laudes (alabanzas) con la antifona Traditor, se hace la
obscuridad y se escuchan el ruido y los estrépitos, el Diablo abandona de
carrera el templo. Al día siguiente, cuando entonan el canto de Gloria, los
judíos se tiran al suelo y desamparan el templo, mientras los “cívicos” los
persiguen con sus fingidos fusiles. En
la calle hay profusión de recámaras y cohetes y de inmediato se quema a Judas,
como en el común de los pueblos de Venezuela.2
El Oficio de Tinieblas
desapareció con los cambios al Misal tradicional promulgado por el Papa Juan XXIII
en 1962. Estas reformas a la Liturgia de la Semana Santa ya se habían iniciado
en 1955 con el Papa Pío XII, como la eliminación de la Misa de Presantificados,
el color litúrgico de negro por morado. Actualmente no hay un oficio distinto
al de otros días para la Semana Santa.
Fuentes consultadas:
1
Aleteia.org/2014/04/15/que-es-el-oficio-de-tinieblas/
2 Mario
Briceño-Iragorry. “Los Judíos de La
Punta”. En: Mérida la Hermética.
Compilación, introducción y notas Rafael Angel Rivas Dugarte. Mérida,
Gobernación del Estado Mérida, 1997. pp.395-399.
Imágenes: Archivo
Fotográfico Biblioteca Febres Cordero/ Archivo Lampos Merideños/ andes.net/pasionviviente/resena.html/Google. Imágenes.com
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